El rector Juan Alberto Cerisola sólo suma problemas en su cada vez más traumático camino para alcanzar la reelección al frente de la UNT. Desgastado internamente, escenario que se visualiza en da reunión del Consejo Superior, ahora se quedó sin el apoyo de la Casa de Gobierno.
Cerisola conoce que, para sumar apoyos en los claustros, tiene que despegarse de la figura del gobernador José Alperovich, quien fue uno de sus mejores aliados en estos últimos cuatro años. El Rectorado y el Poder Ejecutivo tejieron estrechos lazos, que comenzaron a resquebrajarse durante la campaña para las elecciones legislativas de este año. La abusiva política oficialista de Canal 10, que se puso de manifiesto de manera grosera durante el conflicto con los autoconvocados de la Salud, obligó a Cerisola a mostrarse como un opositor a Alperovich, actitud que terminó por indignar al titular del Poder Ejecutivo. El viernes 13 de noviembre, el gobernador tuvo un desplante hacia Cerisola, quien con la esperanza de recomponer la relación en términos convenientes para su disputa política (lo que implica mostrarse crítico de la boca hacia afuera), se reunió de manera privada con Alperovich.
El encuentro se dio en la calurosa noche del martes en la residencia del mandatario y aparentemente las explicaciones –y pedidos- que recibió no fueron de su agrado, con lo cual tomó la decisión de dejar al atribulado Rector sólo en la pelea que mantiene con la fórmula María Luisa Rossi de Hernández-Pablo Holgado. Cerisola tenía cifradas todas sus esperanzas en que Alperovich, afecto a inmiscuirse en cuanta elección ante dando vueltas, se quedaría sin candidato para ocupar el sillón de Juan B. Terán. O bien al gobernador ya tomó la decisión de no inmiscuirse en la batalla electoral o está a la espera de que aparezca otro candidato potable. Sólo con el tiempo se sabrá la respuesta, lo seguro es que Cerisola ya no tiene la bendición de la Casa de Gobierno y aparece más solo que nunca.
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